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viernes, diciembre 15, 2006

PRIMERA ASOCIACIÓN DEL DÉFICIT FÉRRICO Y LA OBESIDAD EN ADULTOS

El déficit de hierro también puede afectar a las mujeres obesas, según un estudio de investigadores de distintos grupos del Hospital del Valle de Hebrón, de Barcelona, que se publica en Obesity.El trabajo es el primero que asocia obesidad y deficiencia de hierro en adultos.
Patricia Morén. Barcelona
12/12/2006
El déficit de hierro se ha asociado por primera vez a la obesidad en personas adultas, según un estudio publicado en Obesity y llevado a cabo por varios grupos de investigadores del Hospital del Valle de Hebrón, de Barcelona, dirigidos por Albert Lecube.La investigación ha implicado a la Unidad de Obesidad y Metabolismo de la Sección de Endocrinología, el grupo de Investigación en Diabetes y Metabolismo de la Fundación Instituto del Valle de Hebrón, que coordina Rafael Simó y en el que trabaja Cristina Hernández, y el Servicio de Hematología del mismo centro.El ensayo se ha efectuado en cien mujeres postmenopáusicas, pero no diabéticas, y ha comparado un grupo de 50 mujeres obesas (con un índice de masa corporal por encima de 30) con otro grupo de mujeres no obesas (con un IMC inferior a 30). Lecube ha explicado que se ha escogido a féminas en edad postmenopáusica para que las pérdidas menstruales no interfirieran en los depósitos de hierro y se ha excluido a pacientes diabéticas porque la diabetes puede alterar los niveles de ferritina.En todas ellas se analizaron distintas variables relacionadas con el metabolismo del hierro, como el índice de saturación de la transferrina, los niveles de ferritina sérica, la concentración de hemoglobina, la concentración de hierro total en sangre, así como otros parámetros como la resistencia a la insulina o la concentración de reticulocitos en sangre.Entre todos los datos obtenidos, el más sobresaliente fueron las diferencias observadas en las concentraciones del receptor de la transferrina entre los dos grupos, que fueron más elevadas en el grupo de las mujeres obesas que en el grupo control, por lo que los investigadores han llegado a la conclusión de que las mujeres obesas presentan un déficit de hierro frente a las no obesas (con sobrepeso o normopeso).Este marcador sérico, el receptor de la transferrina, es especialmente útil para determinar la deficiencia de hierro en mujeres obesas no diabéticas. Ello se debe a que éstas presentan niveles de ferritina elevados respecto a las no obesas; tanto en la obesidad como en la diabetes existen procesos inflamatorios subyacentes que inducen un aumento de parámetros como la ferritina.Buen marcadorEn cambio, las concentraciones del receptor de la transferrina no varían en función de un proceso inflamatorio y, por lo tanto, el médico debería solicitar este parámetro, que se utiliza desde hace poco y aún no de forma regular, para estudiar una posible deficiencia de hierro en pacientes obesas postmenopáusicas.Se puede obtener fácilmente a través de un análisis de sangre simple y es el sistema ideal para determinar la deficiencia de hierro en la población estudiada, ya que no está modificado por ninguna situación como la obesidad o la diabetes, ha explicado Albert Lecube.
Lecciones del pasado y retos futurosLa investigación de los grupos liderados por Albert Lecube se ha nutrido de las evidencias de anteriores trabajos -parte de ellos de Estados Unidos- en los que ya se había descubierto la asociación existente entre el déficit de hierro y el sobrepeso u obesidad en niños y adolescentes. Ahora, en su último estudio, Lecube aporta nuevas pruebas que indican la existencia de una disminución no anémica de hierro por primera vez en adultos y no sólo en los niños. De hecho, en su ensayo, Lecube y su equipo se refieren a estudios publicados en 1986 por M. L. Kennedy, de Estados Unidos, sobre las concentraciones de hierro en ratones obesos. Sus resultados fueron sorprendentes, ya que revelaron que no sólo había una estrecha relación entre la obesidad crónica de los ratones y un 21 por ciento menos niveles de hierro en sangre, sino que el hierro también era deficitario en el hígado, hueso y músculo esquelético, independientemente del sexo y la edad del animal. El siguiente paso de Lecube y sus compañeros será analizar la deficiencia de hierro en una muestra más amplia, de otro perfil, así como estudiar a los varones adultos.