TRATAMIENTO DE LA FASCITE PLANTAR BILATERAL POR LA TÉCNICA DE LA CROCHETAGEM
TRATAMIENTO DE LA FASCITE PLANTAR BILATERAL POR LA TÉCNICA DE LA CROCHETAGEM.
AUTOR:RODRIGO BAPTISTA DE SANT’ANNAESPECIALISTA EN FISIOTERAPIA EN TRAUMATOLOGÍA Y ORTOPEDIA. Artículo científico presentado al Curso de Postgrado Lato Sensu – Fisioterapia en Traumatología y Ortopedia de la Universidad Estácio de Sá, como requisito parcial para obtención del grado de ESPECIALISTA EN FISIOTERAPIA EN TRAUMATOLOGÍA Y ORTOPEDIA. RÍO DE JANEIRO 14 DE DICIEMBRE DE 2004.UNIVERSIDAD ESTÁCIO DE SÁPOSTGRADO LATO SENSU – FISIOTERAPIA EN TRAUMATOLOGÍA Y ORTOPEDIA LA COMISIÓN EXAMINADORA, ABAJO SUSCRITA, APRUEBA El ARTÍCULO CIENTÍFICO
TRATAMIENTO DE LA FASCITE PLANTAR BILATERAL POR LATÉCNICA DE LA CROCHETAGEM: UN ESTUDIO DE CASO
Resumen
El presente estudio tuvo como objetivo, la verificación, a través de un estudio de caso de los efectos de la técnica de la Crochetagem en el tratamiento fisioterapéutico de un paciente del sexo masculino, de 35 años, portador de fascitis plantar bilateral hay cerca de cuatro años, que nunca había sido sometido a ningún otro tipo de tratamiento. El paciente fue sometido la dos sesiones semanales, durante cinco semanas, totalizando diez sesiones; utilizando cómo único recurso, la crochetagem. Al final de las diez sesiones el paciente presentó ausencia de sintomatología en el pie izquierdo, y disminución considerable del dolor referido en el pie derecho, en posición ortostática; e importante disminución del dolor a la palpação en tuberosidad medial del calcáneo en los dos pies.
Introducción:
La fascitis plantar se refiere la un dolor plantar, al punto de origen de la fascia plantar, en la tuberosidad medial del calcáneo. Se caracteriza por una inflamación ocasionada por microtraumatismos de repetición en el origen de la tuberosidad medial del calcáneo. Las fuerzas de tracción durante el apoyo llevan al proceso inflamatorio, que resulta en fibrosis y degeneración de las fibras que se originan en el hueso (SNIDER, 2000; HEBERT et. al; 2003; CYRIAX ; CYRIAX, 2001). Aunque parezca no estar directamente relacionada a ningún tipo específico de pie, la fascitis plantar surge con mayor frecuencia en individuos obesos (SNIDER, 2000; RIDLE et. al., 2004). Sus manifestaciones se caracterizan por el dolor local y alrededor de la base del calcáneo y en el arco plantar, principalmente a lo levantarse de la cama, o después de un periodo de reposo (GRISOGONO, 2000; MEIJA; KALB, 2000). Para Peterson; Renström (2002), la pronación excesiva del pie, presenta mayor probabilidad en el desarrollo de esta enfermedad, en virtud del aumento de la resultante de fuerza en la aponeurosis, en consecuencia del estiramiento del arco y expansión de los dedos.
El tratamiento fisioterapéutico de la fascitis plantar consiste en la utilización de ortesis, compradas listas, para amortecimiento del talón, acompañado de recursos de analgesia y combate al proceso inflamatorio, y ejercicios que promuevan la disminución de la tensión en el tendón calcáneo y en la fascia plantar, siendo el estiramiento, el ejercicio más comúnmente utilizado (SNIDER, 2000).
La crochetagem mioaponeurótica es una técnica manipulativa, desarrollada por el fisioterapeuta sueco Kurt Eeckman, colaborador del Dr. James Cyriax, a la partir de la limitación palpatoria de las técnicas convencionales (BAUMGARTH, 2003; BUSSIÈRES, 2004). La técnica se basa en la utilización de ganchos o “crochets”, que son utilizados en la quiebra de las adherencias del sistema músculo-esquelético (SARAIVA et.al, 2003). Su objetivo principal es la rotura de puntos de fibrosis, generalmente causados por la acumulación de cristales de oxalato de calcio en los planes aponeuróticos, causando irritación (BAUMGARTH, 2003; VARGAS, 2004; BUSSIÈRES, 2004).
También conocida como diafibrólisis percutanea, la crochetagem está indicada en cualquier afección osteomioarticular que lleve a una fibrosis o formación de adherencias, así como en las neuralgias, en especial, aquellas ocasionadas por alteraciones miofasciales. Ha sido divulgada y difundida entre los fisioterapeutas brasileños, aunque no existan estudios científicos a cerca de sus efectos en lengua portuguesa. La poca literatura existente, está, en su mayoría, en francés o alemán (VARGAS et. al, 2004; SARAIVA et. al, 2003; BAUMGARTH, 2003)
El presente estudio objetivó la verificación de los beneficios de la crochetagem mioaponeurótica, en el tratamiento fisioterapéutico de un paciente portador de fascitis plantar bilateral. La elección de la técnica se dio por la facilidad en el transporte y utilización del instrumental, así como por la simplicidad de su ejecución y necesidad de poco tiempo de aplicación. Revisión de literatura anatómica, la fascia se refiere la una lámina o membrana de tejido conjuntivo que reviste cada músculo, órgano o conjunto de órganos, con función de protección (DÂNGELO; FATTINI, 2001; BIENFAIT, 1999). Sin embargo, aún según Bienfait (1999), fueron las osteopatías que crearon el concepto de fascia como un conjunto membranoso continuo, representando una única unidad funcional.
La región plantar del pie es revestida por una fascia, de forma triangular, denominada aponeurosis plantar (FIELD, 2001). Esta franja extensa de tejido conectivo se inserta próximamente a la superficie del tubérculo medial del calcáneo y distalmente a las articulaciones metatarso-falangianas, donde se funden a los ligamentos capsulares (PRENTICE, 2002).
Según Hebert et. al. (2003); la fascia plantar consiste en la principal estructura estabilizadora pasiva del arco longitudinal medial del pie. Filho (2001) afirma que las funciones de estabilización y soporte del pie en la posición ortostática y durante la locomoción, implican en su apoyo en el suelo a través de la región plantar. Ese apoyo se da a través del triángulo de sustentación, que tiene como vértices la extremidad posterior del calcáneo y las cabezas del primero y quinto metatarsos. El arco plantar permite una mayor flexibilidad en el apoyo, así como un mayor amortiguación de impactos tanto en la posición ortostática como durante la marcha.
La fascitis plantar puede ser definida como una afección caracterizada por el dolor en la región plantar del calcáneo, que puede extenderse por toda la fascia plantar. Su manifestación es insidiosa, y su sintomatología es más evidente por la mañana, o después de un periodo de reposo. Generalmente mejora después de actividad (primeros pasos), aunque en algunos casos, el dolor pueda persistir por todo el día (BUSSIÈRES, 2002; HEBERT et. al., 2003; SNIDER, 2000; FILHO, 2001; ALDRIDGE, 2004). Para Hebert et. al. (2003); el aumento en el cuadro doloroso al primer apoyo matutino se debe al hecho de que durante el sueño, la inactividad de los músculos dorsiflexores promueve un encurtamento de la fascia plantar. El primer apoyo provoca un estiramiento brusco de la aponeurosis, lo que provoca el dolor. Según el mismo autor, carreras, saltos y actividades impactantes empeoran el dolor. Riddle et. al. (2004) afirma que las pérdidas funcionales decurrentes de la fascia plantar, están relacionadas solamente a las actividades que envuelven carrera, y actividades profesionales y hobbies que envuelven sustentación de peso; no habiendo relación con pérdida de amplitud de movimiento (ADM) y pérdida de fuerza y trofismo muscular.
Al examen físico, es verificada marcha antálgica, con apoyo sobre la parte lateral o anterior del pie. Hay palpación dolorosa de la región medial del calcáneo y la dorsiflexión de los dedos exacerba los síntomas, por la distensión de la fascia plantar. El dolor producido por la fascitis plantar generalmente no es incapacitante, aunque pueda limitar algunas actividades (HAMER et. al., 2003; ALDRIGE, 2004). Puntos dolorosos en la región medial del gemelo y del tendón calcáneo pueden ser encontrados, lo que demuestra una relación entre la fascitis plantar y la rigidez del tendón calcáneo y musculatura posterior de la pierna (HEBERT et. al., 2003; HAMER et. al., 2003).
Varias pueden ser las causas de la fascitis plantar, como disturbios anatómicos y biomecánicos. Prentice (2002), cita la diferencia entre la largura de los miembros, la pronación excesiva de la subtalar, la falta de flexibilidad del arco longitudinal y la rigidez de las musculaturas del gemelo, así como el uso de calzados inadecuados y el aumento del tamaño del paso durante la carrera. Para Cyriax; Cyriax (2001) La fascitis plantar tiene inicio con un esfuerzo prolongado en posición ortostática, en pacientes con acortamiento de los músculos del gemelo y con los pies cavos. Huang et. al (2004) demostraron en su estudio, una incidencia mayor de fascitis plantar en individuos con pie plano flexible, que en individuos con arco plantar normal. Hebert et. al. (2003), afirma que tanto el pie cavo como el pie plano, son factores pre-disponentes, así como traumatismos de repetición, asociados a la intensidad duración y frecuencia de la actividad, y la dureza de lo piso. Sin embargo, según Peterson; Renström (2002), aunque el estiramiento del arco plantar y la expansión de los dedos ocasionados por la pronación, sometan a la aponeurosis a un aumento de tensión, no hay una conexión explicita entre el pie plano o el pie cavo con la fascitis plantar. El hecho de que aproximadamente un 60% del peso corporal estén distribuidos sobre el talón, de 31 a un 38% en la región de la cabeza de los metatarsos y solamente cerca de un 5% en la región medial del pie (MANFIO et. al, 2001), tal vez explique esa falta de relación directa con el tipo de pie. Según Snider (2000), la fascitis plantar ocurre con más frecuencia en individuos obesos. Esa afirmación es corroborada por el estudio de Ridle et. al. (2004) que demuestra una relación angosta entre el aumento del Índice de Masa Corporal (IMC), y las manifestaciones clínicas de la enfermedad.
Bussières (2002) afirma que la fascitis probablemente sea un proceso inflamatorio ocasionado por microtraumas, que vienen a acelerar el proceso de envejecimiento (degeneración) normal de la aponeurosis plantar. esto coincide con el pensamiento de Herbert et al. (2003); de que las fuerzas de tracción que ocurren durante el apoyo desencadenan el proceso inflamatorio, resultando en fibrosis y degeneración.
La epidemiología muestra que la mayor incidencia de la enfermedad se da entre las mujeres, en su mayoría obesa .En hombres, la prevalencia es mayor en los practicantes de deportes, especialmente los que practican carreras (HEBERT et. al., 2003; SNIDER, 2000). En su estudio, Imamura; Carvalho Jr. (1996), verificaron que de las 29 personas estudiadas, 26 eran del sexo femenino, representando un 90% de la muestra Cavanagh et. al. apud Manfio et al., (2001) no encontraron en su estudio, relación directa entre el peso corporal, y los picos de presión plantar, lo que indica que aunque haya una gran incidencia en personas obesas, el exceso de peso no debe ser visto como un factor primario en la ocurrencia de la fascitis plantar.
Aún en su estudio, Bussières (2002) cita el trauma directo o indirecto, la pronación excesiva del pie, el derrumbamiento del arco plantar, la retracción del gastrocnemio y el aumento de la tensión de la aponeurosis plantar durante la fase de propulsión como posibles causas de la fascitis plantar.
En su estudio, Tokars et al. (2003) demostraron que el tipo de calzado puede ocasionar síndromes dolorosos en los pies, rodillas, caderas y columna, lo que puede establecer una relación entre el uso de calzados inadecuados y la fascitis plantar.
El tratamiento de la fascitis plantar es eminentemente conservador e incluye la administración de antiinflamatorios no esteroides; el uso de palmillas de material blando para soporte del talón y en algunos casos del arco longitudinal; restricción de las actividades que causen apoyo prolongado, deambulación de larga distancia, saltos y carreras; ejercicios para estiramiento de la fascia plantar, tendón calcáneo y gastrocnemio; así como recursos que promuevan analgesia y disminución de las tensiones (SNIDER, 2000; PRENTICE, 2002; HEBERT et. al.,2003). La infiltración de corticoides puede ser utilizada en casos persistentes, sin embargo ofrece el riesgo de atrofia y degeneración del coxim adiposo, así como la degeneración y ruptura de la fascia (BUSSIÈRES, 2002; HEBERT et. al., 2003).
La crochetagem mioaponeurótica, también conocida como diafibrólisis percutanea es una técnica de tratamiento manipulativo del aparato locomotor, que busca combatir las algias por la destrucción de las adherencias y fibrosis, a través de la utilización de ganchos o “crochets”, aplicados sobre la piel (BURNOTTE; DUBY, 1988; BAUMGARTH, 2003; SARAIVA et. al., 2004; BUSSIÈRES, 2004).
La técnica fue desarrollada por el fisioterapeuta sueco Kurt Eeckman, lo cual fue asistente del Dr. James Cyriax, en el periodo post-segunda guerra mundial. Las limitaciones palpatórias en la ejecución de las técnicas convencionales de terapias manuales, de entre ellas el masaje profundo de Cyriax, lo llevaron a desarrollar una serie de ganchos, que tuvieron su forma, material y técnica de aplicación desarrollada progresivamente.
Después de ganar notoriedad con el éxito en el tratamiento de la Nevralgia de Arnold, Kurt Eeckcman enseñó el método a varios compañeros, de entre ellos, P. Duby y J. Burnotte, que pasaron a desarrollar un abordaje menos agresivo y dolorosa, basada en los conceptos de cadenas musculares y de la osteopatía (
Aún según Baumgarth (2003); Burnotte; Duby (1988) la diafibrólisis posee tres efectos básicos: el efecto mecánico, el efecto circulatorio y el efecto reflejo. Sus principales indicaciones son las adherencias consecutivas a un traumatismo o la una fibrosis cicatricial, las algias del aparato locomotor (inflamatorias o no, las neuralgias como consecuencia de la irritación mecánica de los nervios periféricos, y por fin, los síndromes tróficos de los miembros.
Aunque sea un método con pocas contra-indicaciones, es importante considerar la agresividad o impericia del terapeuta, los malos estados cutáneos y circulatorios, así como su aplicación directa sobre procesos inflamatorios.
El gancho es constituido de acero y posee dos extremidades, con curvaturas diferentes, para un mejor contacto con las diferentes estructuras y accidentes anatómicos. Cada curvatura termina en forma de espátula, que reduce la presión ejercida sobre la piel, haciendo el contacto poco doloroso. La referida espátula presenta una convexidad en la faz externa, y una superficie plana en la parte interna, lo que facilita su interposición entre los planos tisulares profundos.
Según Baumgarth (2003); Burnotte; Duby (1988), El principio del tratamiento se basa en un abordaje del tipo “centrípeto”. En la presencia de un dolor localizado en un local específico, el terapeuta inicia su búsqueda palpatoria manual de las regiones alejadas, proximal y distál del foco doloroso. Esta búsqueda palpatoria sigue cadenas lesionales que están en relación anatómica (mecánica, circulatoria y neurológica) con la lesión. Esta concepción permite evitar el aumento del dolor, llamado de efecto rebote, consecuencia de un tratamiento exclusivamente sintomático.
La técnica de la crochetagem se divide en tres fases sucesivas: Palpación digital, palpación instrumental y fibrólisis. Hay aún, la técnica perióstea el drenaje.
La palpación digital consiste en una especie de amasamiento digital, realizado con la mano izquierda, que permite un delineamento del área a ser tratada. La palpação instrumental, realizada con el gancho que mejor se adapte la estructura a ser tratada, sirve para la localización precisa de las fibras conjuntivas adherentes y los corpúsculos fibrosos, y es realizada colocándose la espátula del gancho junto al dedo indicador de la mano izquierda.
La fibrólisis consiste en una tracción complementaria, realizada con la mano que coge el gancho, al final de la fase de tracción instrumental. Esa fase corresponde al tiempo terapéutico.
La técnica perióstea se caracteriza por un raspage superficial de la estructura anatómica a ser tratada, con una asociación entre la utilización del gancho y una movilización manual del tejido periostio. Es indicada para descolocamiento de áreas de inserciones ligamentosas y tendinosas
El drenaje consiste en el deslizamiento superficial de la superficie convexa del gancho mayor sobre las estructuras miofasciales, a fin de promover relajamiento y aumento del aporte sanguíneo.
Aunque sea un recurso manipulativo de tejidos corpóreos y, por lo tanto, esté en el ámbito de la Fisioterapia, esta técnica no es de dominio exclusivo de ella. Por ser reciente, existe poca bibliografía a respeto, siendo en la mayoría en francés y alemán (BAUMGARTH, 2003).
El tratamiento de la fascitis plantar, a través de la crochetagem, no objetiva solamente el pie y la fascia plantar. La musculatura posterior de la pierna debe ser abordada, en función de su conexión con la etiología de la enfermedad (BAUMGARTH, 2004; NATIVIDADE, 2004).
El tratamiento comienza por un estiramiento de la musculatura del tríceps sural, que puede ser sustituido por la fibrólisis (tracción), seguido de un raspage de la fascia plantar con lo bordo menor del gancho, para que ocurra una hiperemia del tejido. Enseguida, es realizada un drenaje, con el lado mayor del gancho, siempre en el sentido distal para proximal, objetivando mejorar la irrigación, a través de la irritación de la fascia plantar. El tratamiento sigue en el tendón calcáneo, que es traccionado con lo bordo menor del gancho, objetivando disminuir la tensión causada por el tensionamiento de la musculatura del tríceps sural. Por último, la musculatura del tríceps sural será ganchada con el lado mayor del gancho, y enseguida será drenada en el sentido distal para proximal. Después de todo el procedimiento con el gancho, una nueva secuencia de estiramientos puede ser realizada, a fin de mejorar la respuesta del cuerpo al tratamiento (BAUMGARTH, 2004; NATIVIDADE, 2004).
Los resultados prácticos observados en la utilización de la crochetagem en el tratamiento de la fascitis plantar están de acuerdo con los objetivos generales del tratamiento de esta afección, por que demuestren disminución de la tensión de la musculatura posterior de la pierna y tendón calcáneo, así como la disminución del proceso inflamatorio en la fascia plantar y analgesia (JORDÃO, 2004). Materiales y Métodos El presente estudio evaluó la técnica de la crochetagem en un paciente de 35 años de edad músico profesional, sedentario, portador de fascitis plantar bilateral hay aproximadamente cuatro años, sin tener se sometido a tratamiento clínico o fisioterapéutico; sólo utilizando recursos paliativos como estiramientos esporádicos y masajes. El tratamiento fue realizado en domicilio del propio paciente, durante cinco semanas, con dos sesiones semanales, totalizando diez sesiones. Fueron utilizadas como parámetros de evaluación, los dolores referidos por el paciente en región medial del calcáneo, al quedarse en posición ortostática y a la palpação de la tuberosidad medial del calcáneo, antes y después del tratamiento. Para cuantificación del dolor, fue utilizada una escala de graduación, donde el paciente cuantifica visualmente su dolor al largo de una línea continúa de 10cm, siendo cero ausencia total de dolor, y 10 dolor más grave (MAGEE, 2OO2). La evaluación se limitó a la cuantificación visual del dolor, una vez que la pérdida funcional decurrente de la fascitis se limita a la dificultad de realizar actividades que incluyen carreras y apoyo ortostático (HEBERT et. al.. 2003; RIDDLE et, al. 2004). Las sesiones tuvieron duración media de 30 minutos, y constaron solamente de la utilización de la crochetagem, debido a la practicidad en el transporte del instrumental y aplicación de la técnica. Durante el tratamiento, el paciente no fue orientado a utilizar ningún otro tipo de recurso.
El tratamiento fue realizado en una camilla, con el paciente en posición prona y supina, de acuerdo con la técnica utilizada. Inicialmente, con el paciente en decúbito ventral, fue realizada la fibrólisis de la musculatura del gemelo, con énfasis en la porción medial del gastrocnemio, y del tendón calcáneo, traccionando todo el trayecto de la musculatura con la parte cóncava del gancho mayor (Figura1) y el tendón con la parte cóncava del gancho menor. Enseguida, aún con el paciente en decúbito ventral, fue realizada la técnica perióstea, raspando con la espátula del gancho menor, orientada por la punta del dedo indicador, los bordos medial, posterior y lateral del calcáneo y la fascia plantar; seguido de la fibrólisis (tracción) de la aponeurosis plantar, con el gancho menor (Figura 2). En la secuencia, el drenaje de la región plantar, en el sentido disto proximal, en decúbito dorsal (Figura 3). Por ultimo, nuevamente en decúbito ventral, fue realizado el drenaje de la musculatura del gemelo. El procedimiento de drenaje, tanto de la fascia plantar, cuando de la musculatura, fue realizado con la parte convexa del gancho mayor.
Figura 1 – fibrólisis de la musculatura del gemelo
Figura 2 – fibrólisis de la aponeurosis plantar Figura 3 – Drenaje de la región plantar
Resultados y discusión
En la evaluación inicial, el paciente cuantificó su dolor como grado 8 en posición ortostática y grado 9 a la palpação en pie derecho; y grado 6 en posición ortostática y grado 6 a la palpação en pie izquierdo (figura 4). Después de las diez sesiones, cuantificó en grado 4 en posición ortostática y grado 4 a la palpación en pie derecho; y ausencia de dolor (grado cero) en posición ortostática y grado 2 a la palpação en pie derecho (figura 5). Relató también mejora considerable en sus actividades de la vida diaria, una vez que las mismas eran significativamente limitadas por el dolor. La ausencia total de dolor en el pie izquierdo y la importante disminución en el pie derecho, cuando en ortostatismo, permitieron al paciente un mejor ingreso en sus actividades profesionales, una vez que necesita pasar horas en pie.
Evaluación del dolor después del tratamiento
Los resultados de este estudio no pueden ser considerados generalizados la una población, haya vista, que el mismo fue realizado sobre un único caso. Sin embargo, vale la pena resaltar la importancia de investigarse nuevos recursos en el tratamiento de esta afección que se no incapacita, lleva al menos a la limitación de las actividades diarias y deportivas (HAMER et. al.,2003). En el caso en cuestión, el paciente tenía sus actividades profesionales restrictas por el dolor, y evitaba actividades físicas por el mismo motivo. De acuerdo con esta investigación, la crochetagem parece ser un recurso eficiente en el tratamiento sintomático de la fascitis plantar, una vez que redujo considerablemente la sintomatología del paciente, promoviendo así una mayor funcionalidad y solaz. Eso se dio por la disminución de la tensión sobre la aponeurosis plantar, disminución de la rigidez y adherencias del tendón calcáneo y músculo gastrocnemio, y aumento del aporte sanguíneo, auxiliando en el combate al proceso inflamatorio y en la analgesia, alcanzando de esa forma, de manera directa, los objetivos generales del tratamiento de esta infección, preconizados por los autores estudiados. La disminución del dolor referido, principalmente en posición ortostática, donde oye ausencia total de dolor en el pie izquierdo, después del tratamiento; permitió al paciente una mayor funcionalidad, principalmente en lo que concierne a la deambulación y al ortostatismo por tiempo prolongado, que son las actividades directamente perjudicadas por la fascitis plantar, de acuerdo con Hebert et. al. (2003). Para Jordão (2003), al comprometer la deambulación y el ortostatismo del individuo, la fascitis plantar puede afectar su salud en su aspecto social. Aún según este autor, la crochetagem puede promover uno retorno rápido a las actividades diarias y profesionales, lo que pudo ser verificado en este estudio de caso. Cabe, sin embargo, observar que el tratamiento efectivo de la fascitis plantar envuelve no sólo el tratamiento sintomático, pero también el combate a las causas de la enfermedad, que pueden estar asociadas la causas intrínsecas como obesidad y características biomecánicas; y la causas extrínsecas, como tipo de vida, actividades repetitivas que pueden llevar la microtraumatismos, e incluso, calzados inadecuados (BUSSIÈRES, 2002; TOKARS et. al., 2003). Conclusión A pesar de la prácticamente inexistente referencia sobre la crochetagem, que nos permitan una mejor fundamentación, el presente estudio de caso demostró que fue posible reducir considerablemente los síntomas en el pie derecho, y prácticamente eliminarlos en el pie izquierdo del paciente, permitiendo que el mismo retornara a las sus actividades diarias y profesionales, dependientes de la deambulación y de la permanencia en posición ortostática. Cabe observar que la practicidad en el transporte y utilización del instrumento (gancho), la inexistencia de costes adicionales; así como la facilidad en la aplicación de la técnica hacen la crochetagem bastante atractiva como recurso terapéutico en el tratamiento de la fascitis plantar. Mayores estudios se hacen necesarios, utilizando un muestreo mayor, y parámetros de control más específicos, así como otras modalidades terapéuticas, para que la influencia de la técnica sea realmente verificada. Por ser una técnica aún poco conocida en Brasil, y sin publicaciones científicas, mayor investigación sobre la crochetagem deben ser hechas, para una mayor comprensión de sus efectos y aplicabilidades, ofreciendo a los fisioterapeutas, alternativas en los tratamientos de las afecciones del aparato locomotor.
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